Algunos científicos que estudian las mutaciones del virus H5N1 temen que un brote importante sea inminente, mientras que otros aseguran que el patógeno sigue siendo impredecible.
Si en unos meses el mundo se encuentra ante una pandemia de gripe, no será una gran sorpresa. Desde 2021, las aves han estado propagando un nuevo clado del virus de gripe aviar H5N1, el 2.3.4.4b, en todo el mundo. Este virus llegó al ganado en Texas hace aproximadamente un año y, desde entonces, se ha extendido a cientos de granjas en Estados Unidos. Ya se han registrado docenas de infecciones humanas en América del Norte. En algunos de esos casos, el virus ha mostrado mutaciones que lo hacen más apto para infectar células humanas y replicarse en ellas.
Aunque todavía no se ha documentado una transmisión clara de H5N1 entre humanos, «esto es lo más parecido a una pandemia de H5 que he visto», afirma Louise Moncla, viróloga de la Universidad de Pensilvania. En la misma línea, Seema Lakdawala, investigadora en gripe de la Universidad Emory, advierte: «Si alguna vez el H5 va a convertirse en una pandemia, será ahora».
Sin embargo, algunos expertos mantienen una postura más optimista. Señalan que otros virus de gripe aviar igualmente peligrosos, como el H7N9, no lograron volverse fácilmente transmisibles entre personas ni causaron pandemias. «¿Por qué el H7N9 no terminó siendo transmisible de persona a persona ni provocó una pandemia?», se pregunta Caitlin Rivers, epidemióloga del Centro de Seguridad Sanitaria de Johns Hopkins. «Creo que no hay forma de hacer estimaciones, y podría suceder de cualquier manera», añade.
El largo historial del H5N1
Desde que el H5N1 causó su primer brote en humanos en Hong Kong en 1997, enfermando a 18 personas que tuvieron contacto con aves de corral infectadas y matando a 6, este virus ha encabezado la lista de posibles agentes pandémicos. Los científicos han identificado los cambios mínimos necesarios para que el H5N1 se propague ampliamente entre los humanos: mutaciones en su polimerasa, la enzima que utiliza para copiar su genoma, y en su hemaglutinina (la «H» de H5N1), la proteína que le permite adherirse a las células, estabilizarse para la transmisión aérea y unirse mejor a las vías respiratorias superiores humanas.
Recientes investigaciones sugieren que el riesgo de una pandemia provocada por el clado actual de H5N1 es mayor de lo que se creía. Un estudio que analizó muestras de sangre de trabajadores agrícolas infectados en Michigan y Colorado reveló que muchas infecciones humanas pasan desapercibidas. Cada una de estas infecciones brinda al virus nuevas oportunidades para adaptarse a nosotros.
Un artículo publicado esta semana sostiene que los virus del clado 2.3.4.4b se unen mejor a las células epiteliales humanas que versiones anteriores del H5N1. Otro estudio en Science muestra que una sola mutación en un sitio de hemaglutinina, denominado 226L, es suficiente para que el virus prefiera receptores de tipo humano en lugar de los de tipo aviar. «Un cambio basado en una sola mutación significa que la probabilidad de que ocurra es mayor», señala Jim Paulson, investigador de Scripps Research y coautor del estudio.
¿Por qué el H5N1 no ha provocado aún una pandemia?
Una respuesta sencilla es que el virus podría necesitar más tiempo para acumular las mutaciones necesarias. Los virus de gripe tienen altas tasas de mutación: «Mi regla general es que una de cada 4.000 partículas tendrá una mutación en el aminoácido que nos interesa», dice Paulson.
Algunas mutaciones clave, como la 627K en la polimerasa, ya se han observado en cepas que infectan mamíferos. Sin embargo, otras, como la 226L en la hemaglutinina, aún no han aparecido en virus aislados de humanos. Los investigadores especulan que ciertos cambios podrían perjudicar al virus en algún aspecto, requiriendo mutaciones adicionales para compensar las desventajas. «Es como un dial en una bóveda de banco: hay que girar a la derecha, luego a la izquierda, en un orden exacto», explica Mike Osterholm, del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota.
Pasos peligrosos
Para que el H5N1 desencadene una pandemia humana, debe adquirir múltiples mutaciones que modifiquen sus proteínas. Si bien algunas de estas ya se han observado en infecciones humanas, no hay evidencia de que el virus se haya transmitido entre personas.
El caso de un adolescente en Canadá, hospitalizado desde noviembre con H5N1, genera inquietud. Durante su infección, se identificaron mutaciones en el virus que sugieren una evolución hacia la adaptación humana, aunque no se trataba de la temida 226L. En cambio, apareció una sustitución diferente, acompañada de otra mutación en la posición 190, que podría tener un efecto similar. Este hallazgo aumentó las preocupaciones por una posible pandemia.
La prolongada enfermedad del adolescente pudo haber dado tiempo al virus para acumular mutaciones peligrosas. Más alarmante aún, el virus que lo infectó pertenece a una variante aviar (D1.1), que presenta mayor flexibilidad para transformarse en un agente pandémico, según Richard Webby, investigador del Hospital de Investigación Infantil St. Jude. «La variante del ganado parece bastante estable, pero la D1.1 es la que me preocupa», añade Osterholm.
Es posible que el virus aún necesite superar otras barreras evolutivas desconocidas, o tal vez ya tenga todo lo necesario para desatar una pandemia, dependiendo de cuántas personas estén expuestas a él. Como advierte Scott Hensley, de la Universidad de Pensilvania: «Al final del día, creo que es un juego de números».
Autor: Kai Kupferschmidt
Fuente: SCIENCE
