Cerca del extremo sur de Sudamérica, miles de hembras de pingüino de Magallanes desaparecen de sus nidos. Esta especie migra a finales de año al norte. Según un nuevo estudio publicado en Current Biology, algunos se quedan varados en las costas de Uruguay, Argentina y Brasil. Y curiosamente, alrededor de dos tercios de las aves varadas son hembras.
Los pingüinos de Magallanes son una especie mediana de ave negra y blanca nativa de la región de la Patagonia de América del Sur. Cuando no se reproducen en la última parte del año, tanto los machos como las hembras de la especie migran hacia el norte hacia Uruguay y Brasil para cazar las sabrosas anchoas que llaman hogar a esas aguas. Sin embargo, durante la última década, los científicos han observado una tendencia perturbadora: algunos pingüinos nadan demasiado al norte, a veces a cientos de kilómetros de sus lugares de reproducción, y se quedan atrapados allí.
Investigadores liderados por Takashi Yamamoto, del Instituto de Matemática Estadística de Tokio (Japón), etiquetaron a un pequeño grupo de 14 pingüinos de Magallanes (ocho machos y seis hembras) con monitores GPS en el tobillo, luego observaron dónde se alejaban las aves después de que su período de reproducción terminara a principios de 2017. Después de varios meses de observaciones, el equipo vio un patrón claro. Durante las migraciones de primavera y verano, los pingüinos machos tendían a sumergirse más profundamente y permanecer más cerca de sus criaderos patagónicos, mientras que los pingüinos hembras nadaban cerca de la superficie del agua, pero migraron significativamente más al norte que ellos.
Una cuestión de tamaño
Allí, en las aguas cercanas a Uruguay y al sur de Brasil, los pingüinos se acercaron a conocidas trampas, como la orilla del río cerca de la ciudad de Buenos Aires (Argentina), que probablemente atrapan a los pingüinos a través de una mezcla de fuertes corrientes que impiden que las aves de cuerpos más pequeños naden hacia sus hogares. A esto se le suman las amenazas provocadas por los humanos, que incluyen «la contaminación del agua causada por el desarrollo del petróleo y el transporte marítimo, así como los peligros asociados con la pesca«, explica Yamamoto.
La razón por la que los pingüinos hembras parecen estar varados de manera desproporcionada en comparación con los machos podría ser tan simple como el tamaño del cuerpo. Según los investigadores, ellas son más pequeñas, lo que podría hacerles más difícil competir por los alimentos en las agitadas aguas del sur, o luchar contra las fuertes corrientes en el norte. Y además, un cuerpo más pequeño también significa una mayor sensibilidad a las temperaturas del océano, lo que podría hacerles preferir continuar en aguas más cálidas hacia el norte hacia el ecuador, evitando las inmersiones profundas en el océano frío y oscuro.
Este pequeño estudio es solo el primer paso para comprender la causa y la escala de los misteriosos varamientos de aves. Pero lo que está claro es que si cada vez menos hembras regresan a sus lugares de reproducción cada año, la viabilidad de toda la población de pingüinos de Magallanes pronto podría correr peligro.
Este animal ya se encuentra en una situación poco favorable, pero hay esperanza: un estudio publicado en enero del año pasado muestra que las zonas prohibidas para la pesca alrededor de las colonias de pingüinos africanos están ayudándolos.
Beatriz de Vera
Esta información ha sido publicada originalmente en N+1