Es uno de los misterios más grandes y rentables del mundo. Desde hace siglos, se habla de una criatura gigante en las aguas oscuras de Escocia. Pero entre fotos falsas, mitos antiguos y un descubrimiento reciente en el fondo del lago, la historia de Nessie parece tener más de ficción que de biología.
Junto con el Yeti y Pie Grande, es la figurita difícil del álbum de la criptozoología. El Monstruo del Lago Ness, o Nessie para los amigos, es una leyenda que habita en las profundidades de un lago de agua dulce cerca de Inverness, en Escocia. La imagen popular es la de un reptil marino prehistórico, un plesiosaurio que sobrevivió a la extinción. Sin embargo, la ciencia tiene una visión mucho más escéptica: o es un fraude, o es una confusión, o es un muy buen negocio turístico.
La historia de Nessie no es nueva. Los rumores de una «bestia» en el agua tienen 1.500 años. La primera referencia data del año 565, en la Vida de San Columba, donde se cuenta que el santo salvó a un hombre del ataque de un monstruo en el río Ness. Claro que la credibilidad de este relato se tambalea un poco cuando leemos que el mismo santo habría matado a un hombre salvaje solo con el poder de su voz.
Nace la «monstruomanía»
El mito moderno se cocinó a fuego lento. En 1868 ya se hablaba de un «pez enorme», pero la fiebre se desató en 1933. El periódico Inverness Courier publicó la noticia de una pareja que vio un «enorme animal rodando y hundiéndose». La palabra «monstruo» apareció en los titulares, los reporteros de Londres invadieron Escocia y hasta un circo ofreció una fortuna por su captura.
Curiosamente, las primeras descripciones hablaban de un pez o una criatura extraña. La idea del «monstruo prehistórico» de cuello largo surgió, casualmente, poco después del estreno mundial de King Kong, una película que llenó la cabeza de la gente de bestias gigantes.
La imagen icónica de Nessie llegó en 1934 con la famosa «foto del cirujano», que mostraba un cuello largo saliendo del agua. Fue la prueba definitiva para muchos… hasta que en 1994 se supo la verdad: era un fraude total, un submarino de juguete con una cabeza de masilla, montado para engañar a un diario.
El monstruo que sí encontraron (y es de cine)
A pesar de los desmentidos, la búsqueda continuó. Y hace poco, la tecnología finalmente encontró algo en el fondo del lago. Un robot submarino de la empresa Kongsberg Maritime detectó una figura de 9 metros con cuello largo y dos jorobas.
¿Era Nessie? Sí y no. Era un monstruo, pero de utilería. Se confirmó que se trataba de una maqueta construida en 1969 para la película La vida privada de Sherlock Holmes, dirigida por Billy Wilder. La historia es tragicómica: al director no le gustaban las jorobas originales y pidió que se las sacaran. Los técnicos le advirtieron que eso afectaría la flotabilidad, pero él insistió. Resultado: la maqueta se fue a pique y descansó en el fondo del lago durante décadas, convirtiéndose en el único «Nessie» real que habita esas aguas.
Aunque la ciencia y los hallazgos apuntan a que no hay ningún animal prehistórico nadando en Escocia, el misterio sigue vigente. Quizás porque, en el fondo, nos gusta creer que todavía quedan cosas por descubrir en este mundo.
Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo publicado en Culturizando
