Un estudio revela el truco del cerebro de por qué recordamos lo que recordamos

Nuestra memoria es caprichosa. Recordamos con una claridad asombrosa el color de una remera de un día especial, pero olvidamos por completo lo que hicimos ayer. ¿Por qué el cerebro decide que algunos momentos triviales merecen ser guardados para siempre? Un nuevo y masivo estudio de la Universidad de Boston acaba de descifrar el mecanismo de «priorización gradual» que nuestra mente usa para editar la película de nuestras vidas.

Si te tocara la lotería, probablemente recordarías para siempre no solo el momento del sorteo, sino también detalles triviales como qué desayunaste esa mañana o la canción que sonaba en la radio. Es un fenómeno que todos hemos experimentado: un evento significativo parece teñir con su importancia los momentos que lo rodean. Ahora, un equipo de neurocientíficos ha logrado descifrar las reglas que sigue nuestro cerebro para decidir qué fragmentos de nuestra vida cotidiana merecen ser rescatados del olvido.

«La memoria no es un simple dispositivo de grabación pasiva: nuestro cerebro decide qué importa, y los eventos emocionales pueden retroceder en el tiempo para estabilizar recuerdos frágiles», explica Robert M. G. Reinhart, líder del estudio publicado en Science Advances.

El ancla del recuerdo: lo que pasa antes y después

Durante años, los científicos han debatido sobre cómo un evento importante afecta a los recuerdos cercanos. Se sabía que existían dos fenómenos: la mejora proactiva (recordar mejor lo que pasa después del evento) y la mejora retroactiva (recordar mejor lo que pasó antes). Lo que este nuevo y masivo estudio —con cerca de 650 participantes y diez experimentos individuales— ha demostrado por primera vez es que el cerebro no trata a todos estos recuerdos por igual. Sigue reglas sutiles y graduales.

El equipo de Reinhart descubrió que:

  1. Para los recuerdos posteriores (proactivos): La fuerza del recuerdo depende del impacto del evento principal. Cuanto más significativo o emocionalmente duradero es el suceso (el premio de lotería, el encuentro con un bisonte en Yellowstone), más probable es que recordemos todo lo que vino después.
  2. Para los recuerdos anteriores (retroactivos): El mecanismo es más sofisticado. El cerebro no rescata todo lo que pasó antes, sino que prioriza aquellos recuerdos frágiles que comparten algún rasgo conceptual con el evento principal. Por ejemplo, si el billete de lotería ganador era verde, es más probable que recordemos haber visto un auto verde de camino al quiosco.

«Por primera vez mostramos evidencia clara de que el cerebro rescata recuerdos débiles de manera gradual, guiado por su similitud con los eventos emocionales», afirma Chenyang (Leo) Lin, primer autor del artículo. «No solo importa el momento, también la coincidencia conceptual».

Otro hallazgo fascinante es que el cerebro parece estar interesado específicamente en rescatar recuerdos neutros, aquellos que de otro modo se desvanecerían. Si los momentos previos ya tenían su propia carga emocional, el efecto de refuerzo del evento principal se reducía.

Hackeando la memoria para aprender mejor y sanar

Comprender estas reglas del «editor» de nuestra mente tiene implicaciones prácticas enormes. Como asegura Reinhart, este descubrimiento podría servir de base para futuras aplicaciones clínicas y educativas.

  • En la educación: Un profesor podría mejorar la retención de conceptos difíciles («recuerdos frágiles») al vincularlos estratégicamente con material sorprendente o emocionalmente atractivo. Una anécdota fascinante o un experimento llamativo podrían actuar como el «ancla» que fije en la memoria de los estudiantes la fórmula aburrida que vino justo antes.
  • En la clínica: Se podrían desarrollar terapias para «rescatar recuerdos debilitados por el envejecimiento normal». Y, a la inversa, en trastornos relacionados con el trauma, se podría aplicar este conocimiento para evitar reforzar recuerdos angustiantes, quizás rompiendo su conexión con otros momentos neutros y evitando que el trauma «tiña» toda la experiencia.

Este estudio nos aleja de la idea de la memoria como un simple archivo y nos acerca a la de un sistema narrativo inteligente. Un sistema que no busca guardarlo todo, sino construir una historia coherente donde los momentos significativos actúan como los pilares que sostienen los pequeños y frágiles detalles que dan color a nuestras vidas.

Referencia:

Chenyang (Leo) Lin et al. “Salient experiences enhance mundane memories through graded prioritization”. Science Advances, 2025.

Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo publicado en SINC

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