Investigadoras del CONICET en Rosario demuestran en Scientific Reports que ciertas líneas de girasol completan la primera etapa de la apomixis, abriendo la puerta a semillas híbridas uniformes, de mayor rendimiento y adaptadas a condiciones adversas.
Un equipo del IICAR (CONICET–UNR) junto a colegas de la UNR y la Universidad de Perugia (Italia) identificó en girasol —cultivo estratégico para la agroindustria— la capacidad de completar la primera fase de la apomixis (reproducción asexual vía semillas). Publicado en Scientific Reports, el estudio liderado por Silvina Pessino y Ana Ochogavía promete simplificar y abaratar el desarrollo de híbridos comerciales con tolerancia a estrés ambiental, calidad superior y altos rendimientos.
¿Qué es la apomixis y por qué importa?
La apomixis permite a una planta generar semillas genéticamente idénticas a la madre sin fecundación. Así, la descendencia conserva todas las características deseables del parental sin segregación genética. Como explica Pessino, «aunque existen especies que se reproducen asexualmente a partir de propágulos vegetativos, en la apomixis es la propia formación de las semillas la que ocurre de manera asexual». Aplicar este mecanismo en girasol podría acortar de casi una década a apenas unos años el tiempo necesario para producir y recrear híbridos con rasgos óptimos.
En 2022 ya se habían observado indicios de sacos embrionarios apomícticos en ovarios de girasol; ahora, Pessino y Ochogavía confirmaron que esas estructuras corresponden a apospory (primera fase de la apomixis). Al fecundar estos sacos con gametos masculinos, la progenie resultó triploide —dos juegos cromosómicos maternos y uno paterno— demostrando que la aposporía es viable:
«La aparición de poliploidía en la progenie confirma que esta planta completa la primera parte de la apomixis», destaca Ochogavía.
Sin embargo, aún no hallaron evidencia de partenogénesis (segunda fase), donde la semilla se desarrolla sin fertilización.
Implicancias para el mejoramiento genético
En agricultura, los híbridos se reproduzcan sexualmente y requieren recreación anual por segregación genética. Con apomixis, las semillas serían clones del híbrido inicial, manteniendo rendimiento, resistencia a enfermedades y adaptabilidad local:
«Se podrían obtener variedades resistentes a diversas condiciones climáticas, adaptadas a cada zona —explica Pessino—. Esto es vital, ya que actualmente lleva casi una década generar un híbrido superior».
La adopción de esta tecnología reduciría costos, tiempo y complejidad de los programas de mejoramiento, beneficiando a productores de girasol que enfrentan suelos pobres y estrés agroecológico.
Próximos pasos: poliploidía y rendimiento
Para inducir la manifestación completa de la apomixis, el equipo trabaja ahora con líneas tetraploides de girasol. «En la mayoría de las especies, la apomixis completa está asociada a la poliploidía —señala Ochogavía—. Ya tenemos individuos con cuatro juegos cromosómicos y estudiamos su reproducción». La colaboración con investigadores italianos en Perugia refuerza estos ensayos.
Si la segunda etapa de la apomixis se activa en estos poliploides, se allanará el camino para generar híbridos que se reproduzcan de forma autónoma, revolucionando el mejoramiento genético del girasol y potencialmente de otros cultivos de alto valor.
Referencia bibliográfica
Pessino, S. et al. “Diploid aposporous sunflower forms triploid BIII progeny displaying increased apospory levels and non‑random genetic mutations.” Scientific Reports 15 (2025): 4808. https://doi.org/10.1038/s41598-025-89105-x
Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo de Andrea Guereta del Área de Prensa del CONICET Rosario


