Ciencia argentina crea un apósito «multitasking» que cura heridas a velocidad récord

Imaginá un apósito que no solo cubre una herida, sino que actúa como médico en miniatura: desinfecta, regenera la piel y hasta evita cicatrices. Científicos del CONICET lo hicieron realidad con un invento que podría revolucionar cómo tratamos cortes, quemaduras y hasta úlceras crónicas. ¿El secreto? Nanopartículas de plata, vitaminas y un toque de genialidad nacional

Del laboratorio a la piel cómo funciona este «superaftero»

El apósito, desarrollado en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), es una película flexible que combina tres superpoderes:

  1. Antimicrobiano: Mata bacterias como Staphylococcus aureus (común en infecciones cutáneas) gracias a nanopartículas de plata y sulfadiazina.
  2. Regenerativo: Vitaminas A y E estimulan la multiplicación celular, acelerando la cicatrización.
  3. Ecológico: Hecho con materiales biodegradables, contrarresta el impacto ambiental de apósitos tradicionales (que generan toneladas de desechos plásticos).

«Es como tener un ejército microscópico trabajando en tu herida —explica Ayelén Sosa, autora principal del estudio—. Las nanopartículas atacan bacterias, mientras las vitaminas reconstruyen tejido».

Pruebas en peces cebra y resultados que sorprenden

Antes de llegar a humanos, el apósito fue probado en pez cebra, un modelo clave por su similitud genética del 87% con nosotros. Los resultados, publicados en Pharmaceutics, mostraron:

  • Seguridad: Sin efectos tóxicos en tejidos.
  • Eficacia: Cicatrización un 30% más rápida vs. apósitos comunes.
  • Respirabilidad: Absorbe 4 veces su peso en fluidos sin asfixiar la piel.

«El pez cebra es nuestro aliado —destaca Jimena Prieto, codirectora del proyecto—. En 20 días obtenemos datos que en ratones tardarían meses».

El drama de las heridas mal curadas y cómo este invento lo frena

En Argentina, el 12% de las consultas por heridas derivan en complicaciones crónicas, según el Ministerio de Salud. El problema es peor en diabéticos y personas con obesidad, donde una simple raspadura puede terminar en amputación.

«Nuestro apósito es una esperanza para quienes no tienen acceso a seguimiento médico —señala Carolina Martínez, investigadora del IMBICE—. Podría usarse en casa, reducir infecciones y evitar viajes a hospitales».

Próximo paso: pruebas en mamíferos (y el sueño de llegar a las farmacias)

El camino regulatorio recién comienza:

  1. Estudios preclínicos: En curso con modelos mamíferos para validar seguridad.
  2. Ensayo clínico: Si todo sale bien, en 2026 se probaría en pacientes.
  3. Producción masiva: Buscan socios industriales para escalar el invento.

«Soñamos con verlo en farmacias como un producto de venta libre —confiesa Sosa—. Sería un orgullo que el CONICET lleve al hogar soluciones tan concretas».

ZebraTox: la plataforma argentina que pone a los peces a trabajar por la ciencia

Detrás del apósito está ZebraTox, un laboratorio único en Latinoamérica que usa peces cebra para testear fármacos y cosméticos. Con protocolos avalados por la ANMAT, ofrece resultados en días con un costo 10 veces menor que métodos tradicionales.

¿Por qué peces cebra?

  • Transparentes: Permiten ver órganos en tiempo real.
  • Genéticamente similares: Comparten genes clave con humanos.
  • Rápidos: Su desarrollo embrionario tarda 72 horas.

«Es como tener un laboratorio en miniatura —ilustra Prieto—. Nos ahorra tiempo, dinero y reduce el uso de animales complejos en investigación».

«Este apósito es ciencia aplicada en su máxima expresión —concluye Martínez—. Houssay diría que es el tipo de investigación que transforma papers en soluciones que abrazan a la sociedad». Y mientras el pez cebra sigue nadando en sus tanques, la promesa de una curación más rápida y limpia se acerca a las góndolas.

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