Una científica argentina del CONICET hace historia al recibir el «Premio Nobel del Medio Ambiente»

La ecóloga Sandra Díaz, junto al investigador Eduardo Brondízio, es reconocida con el Tyler Prize 2025 por su trabajo sobre la conexión entre biodiversidad y seres humanos. Un hito para Sudamérica en la lucha por un futuro sostenible.

Un galardón histórico para la ciencia sudamericana

Por primera vez en sus más de cuatro décadas de existencia, el Tyler Prize, considerado el equivalente al «Premio Nobel del Medio Ambiente», tiene a dos sudamericanos como protagonistas. La ecóloga argentina Sandra Díaz, investigadora del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC), y el antropólogo brasilero-estadounidense Eduardo Brondízio fueron distinguidos con este prestigioso galardón en 2025.

El premio, que incluye una recompensa de 250 mil dólares, reconoce sus contribuciones fundamentales al entendimiento del entrelazamiento entre los seres humanos y la naturaleza. Según el Comité Ejecutivo del Tyler Prize, «el trabajo de Sandra Díaz ha sido fundamental para redefinir cómo se conceptualiza y valora la biodiversidad en el mundo».

En un comunicado conjunto, ambos investigadores destacaron la necesidad de avanzar hacia un cambio profundo: «La justicia socio-ambiental y el respeto por nuestras conexiones con otras formas de vida en la Tierra deben dejar de ser conceptos abstractos», afirmaron.

Sandra Díaz: redefiniendo el valor de la biodiversidad

Con una carrera dedicada al estudio de las interacciones entre la biodiversidad y la humanidad, Sandra Díaz ha transformado la forma en que el mundo percibe la naturaleza. Su investigación ha demostrado que la biodiversidad no solo es vital para los ecosistemas, sino también para la salud, la economía y el bienestar humano.

Díaz aboga por incorporar el respeto por la naturaleza y sus contribuciones vitales en sectores clave como la legislación y la economía. Según Julia Marton-Lefèvre, presidenta del Comité Ejecutivo del Tyler Prize, «su trabajo ha influido en políticas globales y ha generado un cambio de paradigma en cómo valoramos la biodiversidad».

Además de su labor científica, Díaz ha sido una voz activa en foros internacionales. Fue coautora principal del Informe de Evaluación Global de la Plataforma Intergubernamental Científico-Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), publicado en 2019, que alertó sobre la alarmante pérdida de biodiversidad y sus consecuencias para la humanidad.

Sandra Díaz fue reconocida con el Premio Tyler 2025.
Crédito: Diego Augusto Lima.

Eduardo Brondízio: una mirada integral sobre la Amazonía

Por su parte, Eduardo Brondízio ha dedicado su carrera a estudiar la interconexión entre las comunidades humanas y los ecosistemas, especialmente en la Amazonía. Como antropólogo, lidera investigaciones interdisciplinarias que buscan cambiar la forma en que académicos, tomadores de decisiones y financiamiento internacional ven esta región crucial para el equilibrio global.

Brondízio enfatiza que la Amazonía no puede seguir siendo vista únicamente como un recurso económico o un problema ambiental aislado. «Es necesario reconocer las responsabilidades compartidas en la trama de la vida», afirma. Su trabajo busca integrar el conocimiento tradicional de las comunidades locales con perspectivas científicas modernas, promoviendo soluciones que beneficien tanto a las personas como al medio ambiente.

Un equipo en la vanguardia global

Díaz y Brondízio han colaborado estrechamente en importantes iniciativas internacionales, como el mencionado Informe IPBES y la Convención de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad. Juntos han trabajado para llamar la atención sobre la urgencia de proteger la biodiversidad y garantizar un futuro sostenible para todos.

Su colaboración refleja la importancia de abordar problemas ambientales desde una perspectiva multidisciplinaria y global. Ambos coinciden en que la crisis de biodiversidad no es solo un desafío ecológico, sino también social, político y ético.

¿Qué significa este reconocimiento para Sudamérica?

El Tyler Prize 2025 no solo destaca el trabajo excepcional de Díaz y Brondízio, sino que también pone en el mapa global a la ciencia sudamericana. Es la primera vez que investigadores de esta región reciben este galardón, lo que subraya la relevancia de las contribuciones latinoamericanas a la solución de problemas ambientales globales.

Para América Latina, esto representa una oportunidad única de visibilizar la importancia de sus ecosistemas, como la Amazonía, y de impulsar políticas públicas basadas en ciencia sólida. Además, sirve como inspiración para las nuevas generaciones de científicos y activistas que buscan un cambio positivo en la relación entre los seres humanos y el planeta.

Un llamado a la acción global

El mensaje de Díaz y Brondízio es claro: la humanidad no puede seguir ignorando su dependencia de la naturaleza. La biodiversidad no es solo un tema ambiental; es una cuestión de justicia social, económica y ética.

Ambos investigadores instan a gobiernos, empresas y ciudadanos a tomar medidas urgentes para proteger los ecosistemas y fomentar un desarrollo sostenible. «Nuestra conexión con la naturaleza debe ser reconocida y valorada en cada decisión que tomemos», concluyen en su comunicado conjunto.

Un legado para el futuro

El reconocimiento otorgado a Sandra Díaz y Eduardo Brondízio no solo celebra sus logros individuales y colectivos, sino que también envía un mensaje poderoso al mundo: la ciencia y la colaboración internacional son herramientas esenciales para enfrentar los desafíos ambientales del siglo XXI.

¿Te gustaría saber más sobre el trabajo de estos investigadores o sobre cómo la ciencia está ayudando a proteger nuestro planeta? Dejá tu comentario o compartí este artículo para seguir difundiendo la importancia de cuidar la biodiversidad.

Referencias

  • Comunicado oficial del Tyler Prize 2025.
  • Informe de Evaluación Global de la Plataforma Intergubernamental Científico-Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
  • Convención de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad.
Por Daniel Ventuñuk

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