El mundo se está mudando a la ciudad a un ritmo frenético, cumpliendo las profecías de los demógrafos. Pero en medio de este éxodo de asfalto, la ONU detectó un fenómeno curioso y contradictorio: hay metrópolis que se vacían en naciones que crecen, y ciudades que explotan de gente en países que se están achicando.
El proceso es inexorable y, si miramos los números, hasta un poco vertiginoso. Hace apenas unas décadas, en 1950, solo el 20% de la humanidad vivía en entornos urbanos. Hoy, de los 8.200 millones de personas que habitamos el planeta, el 45% ya vive en ciudades. Y la tendencia no tiene freno: para 2050, se proyecta que dos tercios de todo el crecimiento global ocurrirán entre edificios y avenidas.
Estos datos surgen del flamante informe «Perspectivas de la Urbanización Mundial 2025», publicado este martes por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (UNDESA). El documento llega justo en medio de las negociaciones climáticas de la COP30 en Brasil, subrayando una verdad incómoda: no hay solución al cambio climático sin repensar cómo vivimos en las ciudades.
Como dijo Li Junhua, responsable de UNDESA: «La urbanización es una fuerza definitoria de nuestro tiempo. Cuando se gestiona de manera inclusiva y estratégica, puede desbloquear caminos transformadores para la acción climática, el crecimiento económico y la equidad social».
El club de las «megaciudades»
El informe documenta el ascenso imparable de las «megaciudades», esas áreas metropolitanas que superan los 10 millones de habitantes. En 1975 había solo ocho; hoy son 33. Y el dato que rompe los ojos es que 19 de ellas están en Asia.
El ranking actual de colosos urbanos impresiona:
- Yakarta (Indonesia): La campeona, con casi 42 millones de personas.
- Daca (Bangladés): Le pisa los talones con 40 millones.
- Tokio (Japón): Completa el podio con 33 millones.
La única «intrusa» en el top 10 que no es asiática es El Cairo, en Egipto. Y la lista sigue creciendo: para 2050, se espera que ciudades como Addis Abeba, Dar es Salaam o Kuala Lumpur se unan a este club exclusivo de gigantes.
La gran paradoja urbana
Pero acá es donde el informe se pone interesante y revela lo que podríamos llamar una «paradoja demográfica». La lógica diría que si un país crece, sus ciudades crecen; y si un país se achica, sus ciudades se vacían. Bueno, no siempre.
«Algunas poblaciones urbanas están disminuyendo incluso mientras las poblaciones de sus países crecen, en contra otras están creciendo a pesar de la disminución de la población nacional», señala el documento.
- Ciudades que crecen en países que se achican: El ejemplo perfecto es Japón. Entre 2015 y 2025, el país perdió cuatro millones de habitantes. Sin embargo, Tokio sumó 300.000 personas y otras ciudades como Nagoya o Sendai también crecieron. Lo mismo se observa en Italia y Rusia: el país envejece y se reduce, pero la gente se sigue apiñando en los centros urbanos.
- Ciudades que se vacían en países que crecen: En la vereda de enfrente, hay metrópolis enormes como Ciudad de México o Chengdu (China) que han registrado disminuciones de población, un fenómeno que también afecta a muchas ciudades pequeñas (de menos de 250.000 habitantes), especialmente en China e India.
Argentina y la región: la calma en el mapa
¿Y por casa cómo andamos? América Latina, junto con el Caribe, presenta un escenario de «constantes». Países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú ya están altamente urbanizados. Por eso, se espera que en las próximas décadas veamos cambios leves o nulos en la proporción de gente que vive en ciudades. Ya estamos casi todos adentro.
Las pequeñas son las poderosas
Aunque las megaciudades se llevan los titulares, la verdadera acción está ocurriendo en una escala más humana. El 96% de las 12.000 ciudades analizadas tiene menos de un millón de habitantes. De hecho, son las ciudades pequeñas y medianas (de más de 50.000 habitantes) las que están creciendo a un ritmo más rápido que las gigantes, especialmente en África y Asia.
Mientras tanto, el campo se apaga. Las áreas rurales siguen siendo el asentamiento más común en solo 62 países (eran 116 en 1975) y la cifra seguirá cayendo. La única excepción global es el África subsahariana, la única región del mundo donde el campo sigue creciendo y resistiendo, por ahora, el llamado de hormigón.
