Osteoporosis: cómo detectar y combatir la «enfermedad silenciosa» que causa una fractura cada tres segundos

Es una enfermedad silenciosa, una ladrona que trabaja durante años sin dar señales, debilitando la estructura de nuestros huesos desde adentro. Para muchos, su primera y dolorosa manifestación es una fractura. Se llama osteoporosis, y aunque sus estadísticas son alarmantes, la ciencia hoy nos dice que no es una sentencia inevitable. Es, sobre todo, una oportunidad para actuar.

Cada tres segundos, en algún lugar del mundo, una persona sufre una fractura por osteoporosis. Esta enfermedad esquelética, que disminuye la masa y la resistencia de los huesos, se ha convertido en un desafío de salud pública a nivel global. Afectará a una de cada tres mujeres y a uno de cada cinco hombres mayores de 50 años, y sin embargo, sigue siendo en gran medida una «enfermedad silenciosa».

Su impacto es devastador. Las fracturas por fragilidad, que pueden ocurrir por una simple caída, no solo causan dolor crónico y discapacidad, sino que aumentan la mortalidad. En el caso de la fractura de cadera, el riesgo para una mujer supera el riesgo combinado de cáncer de mama, ovario y útero. Y casi la mitad de quienes sufren una primera fractura, volverán a tener otra.

Diagnóstico: una foto de nuestros huesos (y mucho más)

El estándar de oro para diagnosticar la osteoporosis es la densitometría ósea (DXA), un estudio que mide la densidad mineral de nuestros huesos. Sin embargo, los especialistas advierten que esa «foto» del hueso no cuenta toda la historia.

Por eso, hoy se utilizan herramientas como FRAX®, que combinan el resultado de la densitometría con otros factores de riesgo clínicos (edad, peso, antecedentes de fracturas, tabaquismo, etc.) para calcular el riesgo real de sufrir una fractura en los próximos 10 años. Este enfoque permite tomar decisiones de tratamiento mucho más personalizadas.

Los cuatro pilares para construir huesos fuertes

La buena noticia es que, aunque silenciosa, la osteoporosis se puede prevenir y tratar. La estrategia se basa en un abordaje integral que combina cuatro pilares fundamentales:

  1. Actividad Física: Es la herramienta clave, no tanto para aumentar la densidad ósea, sino para reducir el riesgo de caídas. El objetivo es fortalecer los músculos, mejorar el equilibrio y la coordinación. Se recomienda una rutina de 30 a 40 minutos, tres o cuatro veces por semana, que combine ejercicios de carga y resistencia, siempre adaptada a la capacidad de cada persona.
  2. Nutrición Adecuada: Es esencial asegurar una ingesta suficiente de calcio y vitamina D. Esto se puede lograr a través de la dieta (lácteos, verduras de hoja verde, pescados grasos) y una exposición solar moderada, o con suplementos si un médico lo indica.
  3. Evitar Hábitos Nocivos: El tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol están directamente asociados a una mayor pérdida de masa ósea. Abandonar estos hábitos es una parte fundamental del tratamiento.
  4. Control Médico y Densitometría: Las guías internacionales recomiendan realizar una densitometría a todas las mujeres a partir de los 65 años y a los hombres a partir de los 70. Sin embargo, personas más jóvenes con factores de riesgo (fracturas previas, menopausia precoz, bajo peso, uso de corticoides) también deben consultar a su médico para evaluar la necesidad de un estudio.

Un equipo para ganarle a la enfermedad

El manejo de la osteoporosis no es tarea de un solo especialista. Requiere un abordaje interdisciplinario que incluya a médicos clínicos, reumatólogos, endocrinólogos, ginecólogos, nutricionistas y kinesiólogos. Esta colaboración permite crear un plan de tratamiento completo que va desde la medicación y la dieta hasta la rehabilitación funcional y la prevención de caídas.

En un mundo con una población cada vez más longeva, visibilizar la osteoporosis es una necesidad imperiosa. Entenderla no es resignarse a ella, sino reconocer que existen estrategias efectivas y accesibles para prevenir sus peores consecuencias y preservar nuestra autonomía y calidad de vida.

Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo de la Dra. Gisela Kluwak publicado en IntraMed

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