A más de 3.000 metros de altura, en un rincón inhóspito de la Precordillera de La Rioja azotado por el viento, un equipo de paleontólogos del CONICET ha hecho un hallazgo de los que marcan una época. Desenterraron el esqueleto casi completo de una nueva especie de dinosaurio de 230 millones de años, uno de los más antiguos del mundo, que abre una ventana sin precedentes a los albores de la Era de los Dinosaurios.
El Parque Provincial Ischigualasto, en San Juan, es mundialmente famoso por ser la cuna de los dinosaurios más antiguos. Durante más de medio siglo, se pensó que los secretos de aquella era estaban confinados a ese y a un puñado de sitios en Brasil. Pero esa idea acaba de cambiar para siempre. Un equipo de paleontólogos argentinos ha descubierto una región completamente nueva y extraordinariamente rica en la Precordillera de La Rioja, y su primer gran tesoro es una nueva especie de dinosaurio, uno de los más antiguos jamás encontrados.
El hallazgo, publicado en la prestigiosa revista Nature, presenta al Huayracursor jaguensis, un dinosaurio herbívoro de cuello largo que vivió hace unos 230 millones de años.
Una nueva frontera para la paleontología
«Pocas veces en la vida se puede decir que se encontraron sitios totalmente novedosos, con una fauna extraordinaria por su preservación y abundancia», señala con entusiasmo Agustín Martinelli, investigador del CONICET y coautor del artículo. La nueva región, la Quebrada de Santo Domingo, ha demostrado ser una cápsula del tiempo del período Triásico.


El descubrimiento se realizó a más de 3.000 metros de altura, en un entorno tan espectacular como inhóspito. «Es uno de esos descubrimientos que no se dan a menudo», explica Martín Hechenleitner, primer autor del trabajo. El nombre de la nueva especie, Huayracursor jaguensis, es un homenaje a ese entorno: «Huayra» por el viento incesante de la precordillera, y «jaguensis» por el cercano pueblo de arrieros de Jagüé.
El «corredor del viento» y sus secretos
El Huayracursor era un sauropodomorfo primitivo, un ancestro de los gigantes de cuello largo como el Patagotitan. Y aunque era pequeño en comparación —unos 2 metros de largo y 18 kilos de peso—, era casi el doble de grande que otros parientes famosos de su época, como el Eoraptor.
Pero su tamaño no es lo más importante. «Huayracursor es novedoso porque presenta dos rasgos que son clave: un cuello considerablemente más largo y un tamaño más grande que la mayoría de sus contemporáneos», indica Hechenleitner. Esto confirma que las dos características que definirían a los grandes saurópodos —cuellos largos y gigantismo— aparecieron muy temprano en su historia evolutiva, y de manera simultánea.
Un esqueleto de manual
Lo que convierte a este hallazgo en un hito es la increíble calidad del fósil. Los paleontólogos encontraron el esqueleto casi completo y prácticamente articulado, desde parte del cráneo hasta la cola y las extremidades. Un hallazgo de este tipo es extremadamente raro y de un valor científico incalculable.





Por su estado de preservación, Hechenleitner cree que el Huayracursor «se convertirá en una referencia para estudiar la evolución temprana de los sauropodomorfos y de los dinosaurios en general». Es una especie de «Piedra de Rosetta» ósea que permitirá a los científicos de todo el mundo comparar y comprender mejor otros hallazgos más fragmentarios.
El descubrimiento del «corredor del viento» no solo añade un nuevo y fascinante dinosaurio al árbol genealógico, sino que abre un nuevo mapa de exploración en la cordillera, una frontera que promete seguir revelando los secretos del amanecer de la Era de los Dinosaurios en Sudamérica.
Referencia:
Hechenleitner, E.M., Martinelli, A.G., Rocher, S. et al. A long-necked early dinosaur from a newly discovered Upper Triassic basin in the Andes. Nature (2025). https://doi.org/10.1038/s41586-025-09634-3
Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo de Miguel Faigón
