El origen de los botones en las camisas: por qué están en lados opuestos para hombres y mujeres

Es un gesto automático que hacemos casi todos los días sin pensar. Pero si alguna vez te probaste una camisa del sexo opuesto, habrás notado una extraña incomodidad al abotonarla. No es tu imaginación. La ubicación de los botones esconde un secreto de más de un siglo, una historia fascinante sobre clases sociales, ayuda doméstica y hasta espadas.

Es uno de esos pequeños detalles de la vida cotidiana que damos por sentados: los botones de las camisas de hombre están a la derecha, y los de las camisas de mujer, a la izquierda. Pero detrás de esta aparente nimiedad se esconde un fascinante fósil histórico, una costumbre heredada que nos transporta directamente a la sociedad del siglo XIX.

La culpa es de las sirvientas (o de la moda)

La teoría más aceptada por los historiadores nos lleva a la época victoriana, una era de códigos de vestimenta estrictos y, para las mujeres de la alta sociedad, de una moda increíblemente compleja. Ponerse un vestido victoriano no era tarea para una sola persona: capas de enaguas, miriñaques y, sobre todo, corsés ajustadísimos hacían que vestirse fuera un ritual que requería asistencia.

Aquí entran en escena las sirvientas. Las damas de la aristocracia y la burguesía no se vestían solas, sino que eran ayudadas por su personal doméstico. Como la gran mayoría de las personas son diestras, a una sirvienta que se paraba frente a su señora le resultaba mucho más fácil y rápido manipular los botones si estos estaban en el lado izquierdo de la prenda de la dama (es decir, a la derecha de la sirvienta). La moda, entonces, se diseñó para la comodidad de quien vestía, no de quien era vestida.

Mientras tanto, los hombres, incluso los de clase alta, solían vestirse solos. Para un diestro, es mucho más natural y cómodo que los botones estén en el lado derecho, permitiendo que la mano dominante haga el trabajo fino de pasarlos por el ojal.

¿Y si fue por las espadas?

A lo largo de los años ha surgido otra teoría, más ligada al mundo masculino y militar. Esta hipótesis sugiere que los botones en las camisas de los hombres se colocaron a la derecha para facilitar el uso de la espada. Al llevar el arma en el lado izquierdo de la cintura, un hombre diestro podía desenvainar rápidamente sin que la empuñadura se enganchara en el borde de la camisa. Si la apertura de la camisa hubiera estado al revés, el riesgo de un enredo en un momento crucial habría sido mayor. Aunque es una teoría popular, la mayoría de los historiadores se inclina por la explicación de la vestimenta victoriana.

Un fósil en nuestro armario

Hoy en día, ni las mujeres necesitan ayuda para vestirse ni los hombres suelen llevar espada. Entonces, ¿por qué una costumbre de hace más de 150 años sigue viva? La respuesta está en la inercia de la industria. Una vez que los patrones de corte y las maquinarias de producción se estandarizaron, era simplemente más fácil y barato seguir haciéndolo de la misma manera.

Así, sin que nos demos cuenta, un detalle tan simple como el lado de los botones de nuestra camisa se ha convertido en un diferenciador de género casi por defecto, un pequeño eco de un mundo con dinámicas sociales, de clase y de género muy diferentes a las nuestras.

Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo de Francisco Rodriguez publicado en Culturizando

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