Cuando pensamos en un viajero veneciano, un nombre resuena por encima de todos: Marco Polo. Pero la historia de Venecia y sus exploradores tiene un segundo capítulo, mucho menos conocido pero igual de fascinante. Es la historia de Niccolò Manucci, un médico del siglo XVII que no solo visitó un imperio lejano, sino que se sumergió en él hasta convertirse en parte de su historia.
Nacido en Venecia en 1639, casi un siglo después de la muerte de Marco Polo, Niccolò Manucci estaba destinado a seguir los pasos de su legendario coterráneo, pero a su manera. Impulsado por el espíritu curioso de una ciudad que vivía de cara a Oriente, abandonó Italia muy joven en busca de conocimiento y fortuna. Su destino final fue la India, entonces bajo el esplendor del Imperio Mogol, donde pasaría la mayor parte de su vida.
No fue un explorador, fue un habitante
La gran diferencia entre Manucci y Marco Polo, y la clave de su invaluable legado, es que no fue un explorador en el sentido clásico. No recorría rutas para luego volver a casa y contarlas. Manucci se convirtió en un residente, un observador inmerso en la sociedad que lo acogió. Se casó, tuvo familia y vivió su día a día profundamente marcado por la cultura local.
Su llave de acceso a este nuevo mundo fue su profesión: era médico. Su conocimiento de la medicina le permitió ganarse la confianza de nobles, funcionarios y hasta de los propios emperadores mogoles. Esta posición le abrió puertas que para cualquier otro europeo estaban cerradas, convirtiéndolo en un testigo privilegiado de las intrigas de la corte, las ceremonias reales y las campañas militares, en las que participó activamente observando de primera mano las estrategias de guerra y el uso de elefantes en combate.
Storia do Mogor: una crónica desde adentro
Toda esta experiencia vital quedó plasmada en su obra magna, la Storia do Mogor. Más que un simple diario de viajes, es un relato etnográfico monumental que combina historia, anécdotas y una minuciosa descripción de la sociedad mogol. En sus páginas, Manucci detalla desde la administración del imperio y las guerras internas, hasta la vida cotidiana de los campesinos, los hábitos alimentarios, la organización de los mercados y la medicina tradicional. Es una fuente insustituible para los historiadores.
A la sombra de un mito: ¿por qué no es tan famoso como Marco Polo?
Si su obra es tan importante, ¿por qué el nombre de Niccolò Manucci no resuena con la misma fuerza que el de Marco Polo? La respuesta está en una combinación de factores:
- El timing de la publicación: Mientras que los relatos de Marco Polo se convirtieron en un «best-seller» medieval, copiados y traducidos casi de inmediato, la Storia do Mogor de Manucci permaneció inédita en Europa durante más de dos siglos. Para cuando los historiadores la descubrieron, el mito de Polo ya era inamovible.
- El factor novedad: En el siglo XIII, Marco Polo viajaba a una China casi completamente desconocida para los europeos, un lugar de maravillas y leyendas. Para el siglo XVII, el mundo de Manucci estaba mucho más interconectado. La India, aunque exótica, ya no era un territorio ignoto, por lo que su historia generaba menos sorpresa.
- El estilo: Marco Polo era un narrador nato que sabía «vender» su historia, embelleciendo sus relatos con episodios de aventura y exotismo. Manucci, en cambio, era un cronista riguroso. Su estilo es más descriptivo y académico, inmensamente valioso para un historiador, pero menos atractivo para un público general que buscaba fantasía.

Así, mientras Marco Polo representa al aventurero que supo construir su propia leyenda, Niccolò Manucci encarna la figura del cronista paciente, del científico social que no buscaba la gloria, sino comprender en profundidad el mundo que lo rodeaba. Su historia nos recuerda que, a menudo, los relatos más valiosos no siempre son los más famosos.
Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo de Abel G.M. publicado en NATIONAL GEOGRAPHIC
