Científica misionera participó del hallazgo que descubrió cómo desarmar al cáncer

Es Licenciada en Genética, nacida y formada en la provincia de Misiones, en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNaM. Hoy, la joven científica Verónica Okraine es la primera autora de un descubrimiento revolucionario hecho en el prestigioso Instituto Leloir: una molécula que sabotea las defensas de las células cancerosas para que la quimioterapia sea mucho más efectiva.

Un descubrimiento que podría cambiar la forma en que se combate el cáncer tiene como protagonista a una joven científica misionera. Verónica Okraine, graduada de la UNaM, es la primera autora de un estudio publicado en la revista Cell Death and Disease que revela una nueva estrategia para potenciar la quimioterapia, un hallazgo que ya genera enormes expectativas en la comunidad científica.

El trabajo, desarrollado en el Laboratorio de Ciclo Celular y Estabilidad Genómica del Instituto Leloir, donde Okraine realiza su doctorado, se centra en el «talón de Aquiles» de muchas terapias oncológicas: la capacidad de las células tumorales para reparar el daño que les infligen los fármacos.

El «sabotaje» a las defensas del tumor

En una entrevista, la propia Okraine explicó con claridad la lógica detrás de su investigación. La quimioterapia busca dañar el ADN de las células tumorales para matarlas. Pero estas células, astutamente, usan un sistema de «rescate» para repararse y sobrevivir. El equipo del Leloir encontró cómo bloquear ese rescate.

«Demostramos que un fragmento de la proteína p21, aislado en el laboratorio, puede unirse a PCNA y evitar que las polimerasas de ADN cumplan su función de rescate. Entonces, las células tumorales tienen menos posibilidades de sobrevivir», detalló la científica misionera. En pocas palabras, la molécula que probaron actúa como un saboteador: impide que los «paramédicos» moleculares lleguen a la zona dañada, dejando al tumor completamente vulnerable al ataque de la quimioterapia.

Verónica Okraine (izq.) es la primera autora del trabajo que encabezó Vanesa Gottifredi, jefa del Laboratorio de Ciclo Celular y Estabilidad Genómica del Instituto Leloir.

Una puerta para mejorar las terapias

Para Okraine, comprender estos mecanismos es fundamental para diseñar tratamientos más inteligentes y personalizados. Su trabajo, explica, «permite anticipar cómo reaccionan las células tumorales frente a terapias que generan daño en el ADN, como la quimioterapia o la radiación».

Lejos de ser un avance aislado, la investigadora lo ve como una pieza clave en un rompecabezas más grande. «Este hallazgo abre una puerta para entender mejor cómo funcionan las terapias oncológicas y cómo podrían mejorarse para que sean más efectivas», afirmó.

Ciencia de alta calidad en un contexto difícil

Con la humildad que caracteriza a los grandes equipos, Okraine subraya el valor del trabajo colectivo. «Este es un logro del equipo que dirige Vanesa Gottifredi y también una muestra de que en nuestro país se hace ciencia de altísima calidad, con impacto internacional», sostuvo.

Sin embargo, detrás del éxito del paper se esconde una realidad compleja. La joven científica, que está a un año de terminar su beca doctoral del CONICET, confesó su tristeza «por el ataque al sistema científico nacional» y la incertidumbre sobre su futuro profesional en el país.

Su historia es el reflejo de la ciencia argentina actual: un talento inmenso, formado en universidades públicas como la de Misiones, capaz de liderar investigaciones de vanguardia mundial, que al mismo tiempo lucha por un futuro en un sistema que hoy se encuentra bajo amenaza.

Por Daniel Ventuñuk
Fuentes: Fundación Instituto Leloir, Comunicar-Salud y Radio Universidad CALF

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