Se espera el regreso de La Niña, el fenómeno de enfriamiento de las aguas del Pacífico que suele traer un respiro al planeta. Pero no hay que festejar antes de tiempo. La agencia meteorológica de la ONU acaba de emitir un pronóstico que mezcla esta aparente buena noticia con una advertencia contundente sobre la fiebre de la Tierra.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) anunció que hay una alta probabilidad (entre un 55% y un 60%) de que el fenómeno de La Niña regrese entre septiembre y noviembre de este año. La noticia, en otros tiempos, habría sido recibida como un alivio, ya que este ciclo se caracteriza por enfriar las aguas superficiales del Océano Pacífico ecuatorial, lo que suele moderar las temperaturas globales.
Sin embargo, el mensaje de la agencia de la ONU viene con una advertencia que lo cambia todo: a pesar de la llegada de La Niña, se espera que las temperaturas en casi todo el planeta sigan siendo superiores a lo normal.
¿Por qué un fenómeno «frío» no enfría el planeta?
La aparente contradicción tiene una explicación clara y preocupante. La Niña (y su contraparte cálida, El Niño) son fluctuaciones naturales que alteran los patrones climáticos de forma temporal. Pero el calentamiento global inducido por el ser humano es una tendencia de fondo, constante e implacable.
«El cambio climático sigue aumentando las temperaturas globales, exacerbando los fenómenos meteorológicos extremos y afectando los patrones estacionales», señaló la OMM en su comunicado. El dato clave es que el 90% del exceso de calor generado por los gases de efecto invernadero se almacena en los océanos. La Niña es apenas una brisa fresca en la superficie de un planeta con una fiebre interna que no para de subir.
El contexto es ineludible: 2024 fue el año más caluroso jamás registrado y cada uno de los últimos diez años ha sido uno de los diez más cálidos de la historia. La línea de base desde la que partimos es mucho más alta, y el efecto moderador de La Niña ya no alcanza para compensarlo.
Una herramienta para salvar vidas, no para relajarse
Lejos de ser un motivo para bajar la guardia, el pronóstico de La Niña es una herramienta de inteligencia climática crucial. Como indicó la secretaria general de la OMM, la argentina Celeste Saulo, esta información puede «salvar miles de vidas si se utiliza para orientar las medidas de preparación y respuesta».
Saber que se avecina un ciclo de La Niña permite a los gobiernos y a sectores como la agricultura, la energía y la salud anticipar cambios en los patrones de lluvia y temperatura, y prepararse para posibles sequías o inundaciones, según la región.
El mensaje final de los expertos es un llamado a la acción. El regreso de La Niña no cambia el diagnóstico de fondo. Como dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, «aún hay tiempo para evitar lo peor de la catástrofe climática. Pero los líderes deben actuar, ahora».
