La advertencia del creador de ChatGPT sobre la amistad con una IA

Millones de personas lo usan a diario para resolver problemas, escribir textos y hasta para charlar. Algunos, incluso, lo consideran su mejor amigo. Pero el propio desarrollador principal de ChatGPT acaba de lanzar una advertencia inesperada sobre el vínculo que estamos creando con su inteligencia artificial.

En un mundo donde la interacción con la inteligencia artificial se ha vuelto cotidiana, hay usuarios que han llevado su relación con ChatGPT a un nuevo nivel, tratándolo no solo como una herramienta, sino como un confidente. Sin embargo, el hombre que lideró su desarrollo en OpenAI, Nick Turley, acaba de poner un freno a esa idea.

En una entrevista con el medio especializado The Verge, Turley fue contundente sobre la finalidad del chatbot más famoso del mundo: fue diseñado para ser un solucionador de problemas eficiente, no un compañero afectivo.

«Cuando veo a la gente decir: ‘Oye, este [chatbot de ChatGPT] es mi único y mejor amigo’, no se siente como el tipo de cosa que quería incorporar al ChatGPT», declaró el desarrollador. Su visión, explicó, es que los productos de OpenAI ayuden a la gente a alcanzar sus metas sin necesidad de interactuar por largos períodos.

Apego emocional: un «efecto secundario» a estudiar

Turley confesó su sorpresa ante el nivel de apego que algunos usuarios han desarrollado con el modelo. Lejos de verlo como un éxito, lo calificó como una especie de «efecto secundario» derivado del uso constante, un fenómeno que, según él, debería ser estudiado más a fondo.

Esta declaración llega justo en el marco del anuncio de la actualización a GPT-5, que reemplazará a la versión anterior este mismo mes de agosto. Y revela una preocupación creciente dentro de la compañía sobre cómo se están utilizando sus creaciones.

De hecho, Turley confirmó que ya han implementado notificaciones de uso excesivo para aquellos usuarios que permanecen en contacto con el chatbot «de forma extrema». Es un primer paso para desincentivar la dependencia y recordarles a las personas la naturaleza de la herramienta que tienen en sus manos.

En definitiva, la advertencia del creador de ChatGPT funciona como un cable a tierra. Mientras la sociedad navega las aguas inexploradas de la relación humano-IA, desde la propia OpenAI llega un recordatorio claro: por más empática y conversadora que parezca, la inteligencia artificial, al menos por ahora, fue concebida para ser un asistente, no un amigo.

Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo publicado en Globovisión

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