La extraña historia de los conejos con cuernos «zombie»

Parecen salidos de una película de terror: conejos con extraños «cuernos» negros en la cara y el cuerpo. Los vecinos los llaman «zombies» y la noticia se volvió viral. Pero detrás de esta imagen aterradora, se esconde un virus con una historia científica muy particular.

A principios de agosto, los teléfonos de la oficina de Parques y Vida Silvestre de Colorado, en Estados Unidos, no paraban de sonar. Los llamados alertaban sobre la presencia de conejos de aspecto aterrador en la ciudad de Fort Collins. No eran los tiernos conejitos de siempre: estos tenían crecimientos negros, parecidos a cuernos o tentáculos, que salían de sus caras y cuerpos. En redes sociales, los bautizaron como conejos «zombie» o «demonio».

Pero no, no se escaparon de un set de filmación. Estos animales padecen el papilomavirus del conejo de cola de algodón, una enfermedad de la piel que, aunque visualmente alarmante, tiene una explicación científica fascinante.

Un virus con historia (y pariente del VPH)

Este virus, también conocido como papilomavirus de Shope por el investigador que lo identificó en la década de 1930, es un viejo conocido de la ciencia. De hecho, su estudio fue fundamental para que los científicos pudieran entender mejor el virus del papiloma humano (VPH), que en las personas puede causar verrugas y ciertos tipos de cáncer.

Los conejos se infectan a través de la picadura de garrapatas, pulgas y mosquitos, especialmente en verano, cuando los insectos están más activos. Por eso, según Kara Van Hoose, vocera de Parques y Vida Silvestre de Colorado, «pasamos por esto todos los años».

La enfermedad provoca la aparición de tumores o lesiones negras y verrugosas. Según los expertos, estas formaciones, aunque de aspecto grotesco, suelen desaparecer por sí solas en un plazo de hasta 150 días, pero son «muy dolorosas» para el animal.

¿Es grave para ellos?

A pesar de lo espeluznante que se ve, el virus suele ser benigno en los conejos silvestres, y muchos logran superarlo por su cuenta. Sin embargo, en algunos casos los «cuernos» pueden crecer alrededor de la boca o los ojos, impidiéndoles comer, beber o ver, lo que puede llevarlos a la inanición.

La historia es muy diferente para los conejos domésticos. Según los veterinarios, en ellos la enfermedad es mucho más grave y, en la mayoría de los casos, las lesiones se convierten en carcinomas invasivos que suelen ser fatales.

Michael Siluk/Universal Images Group—Getty Images

¿Hay riesgo para los humanos?

La respuesta es un rotundo no. El virus del papiloma del conejo solo afecta a las liebres y conejos y no se puede transmitir a los humanos ni a otros animales. De todas formas, la recomendación oficial es la de siempre con la fauna salvaje: mantener la distancia, no alimentarlos y no intentar ayudarlos.

El frenesí mediático que generaron estos conejos tiene una explicación lógica. «Estás acostumbrado a ver al ‘conejito lindo’», explica la bióloga Valerie McKenzie. «Y de repente ves a un ‘conejo loco con cosas por todas partes’».

La vocera de Parques y Vida Silvestre, Kara Van Hoose, se toma con humor la repentina fama de estos animales. Cuenta que algunos los encuentran asquerosos, pero que a otros —incluida ella— les parecen «medio metaleros y geniales». La historia se viralizó tanto que opacó a los otros grandes temas de la temporada, como los osos y la aparición de una carpa asiática invasora. «No pensé que los conejos se convertirían en nuestra historia más interesante», bromeó.

Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo de Angela Haupt publicado en TIME

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