La tuberculosis es un enemigo antiguo y sigiloso. Su mayor triunfo es esconderse durante semanas en el cuerpo, demorando un diagnóstico que puede salvar vidas. Ahora, especialistas del CONICET crearon una herramienta revolucionaria que usa al enemigo de nuestro enemigo para hacerlo brillar en la oscuridad y detectarlo en tiempo récord.
Cada día, en el mundo, unas 3.500 personas pierden la vida por la tuberculosis, una enfermedad infecciosa que tiene cura y se puede prevenir. En Argentina, solo en 2024, se registraron unos 16.600 casos, afectando sobre todo a personas en plena edad productiva. El tratamiento existe y es efectivo, pero la batalla contra esta patología tiene un talón de Aquiles gigantesco: el diagnóstico.
A diferencia de otras bacterias, el Mycobacterium tuberculosis es un bicho increíblemente lento para crecer. Por eso, los métodos tradicionales de detección, que se basan en su cultivo, demoran entre seis y ocho semanas. Una eternidad cuando se necesita empezar un tratamiento urgente. Si bien existen tecnologías más rápidas, su alto costo y complejidad las hacen inaccesibles para gran parte del sistema de salud.
Pero ese cuello de botella está a punto de romperse gracias a la ciencia argentina. Un equipo liderado por la investigadora del CONICET Mariana Piuri desarrolló el kit “FluoTB”, una alternativa innovadora, rápida y barata que promete cambiar las reglas del juego.
FluoTB: un «espía» que se enciende
La idea detrás de FluoTB es brillante y parece sacada de una película de ciencia ficción. El equipo de Piuri, que trabaja en el Instituto de Química Biológica de la UBA (IQUIBICEN, CONICET-UBA), utilizó un bacteriófago: un tipo de virus que, en lugar de atacar a los humanos, es un experto cazador de bacterias específicas.
Lo que hicieron fue modificar genéticamente a este virus para que actúe como un «espía» o un «delator». Cuando el bacteriófago del kit entra en contacto con la bacteria de la tuberculosis en una muestra de esputo del paciente, no solo la infecta, sino que la obliga a expresar una proteína que brilla con luz fluorescente. El resultado es que las bacterias «se prenden fuego» y se vuelven visibles bajo un simple microscopio de fluorescencia.
«El kit FluoTB arroja resultados de manera rápida, en tres a cinco días, lo que propicia que pueda aplicarse un tratamiento de manera oportuna», explica Piuri, quien por este desarrollo recibió una mención en el prestigioso Premio César Milstein 2025.
Mucho más que un simple diagnóstico
Las ventajas de FluoTB no terminan en la velocidad. Este desarrollo resuelve varios problemas a la vez:
- Detecta resistencia a antibióticos: Sin necesidad de cultivo, el test puede determinar si la bacteria es resistente a la rifampicina, el antibiótico más importante contra la tuberculosis. Esto es clave para no empezar un tratamiento que está destinado al fracaso.
- Monitorea el tratamiento: A diferencia de otros tests rápidos, FluoTB puede usarse durante el tratamiento para ver si las bacterias están muriendo. «Esta capacidad de seguimiento es clave para detectar fallas terapéuticas, prevenir recaídas y disminuir el riesgo de desarrollar TB multirresistente», puntualiza Piuri.
- Es accesible: «Nuestro desarrollo apunta a cubrir un vacío en los sistemas de salud ofreciendo una herramienta útil, accesible y de fácil implementación para centros de microscopía con infraestructura básica», agrega la investigadora.
El kit ya fue validado con más de 300 muestras en el Hospital Muñiz de Buenos Aires, demostrando una «excelente performance». Ahora, el proyecto avanza hacia su transferencia a una startup de base científica para lograr su aprobación y comercialización.
El sueño, como dice Piuri, está cerca de cumplirse: «Que este desarrollo, en el que trabajamos hace muchos años, esté muy cerca de llegar al público y pueda brindar soluciones reales a aquellos que más lo necesitan es un sueño hecho realidad».
Referencia:
Rondón, L., Urdániz, E., Latini, C., Payaslian, F., Matteo, M., Sosa, E. J., … & Piuri, M. (2018). Fluoromycobacteriophages can detect viable Mycobacterium tuberculosis and determine phenotypic rifampicin resistance in 3–5 days from sputum collection. Frontiers in Microbiology, 9, 1471.
https://doi.org/10.3389/fmicb.2018.01471Urdániz, E., Rondón, L., Martí, M. A., Hatfull, G. F., & Piuri, M. (2016). Rapid whole-cell assay of antitubercular drugs using second-generation Fluoromycobacteriophages. Antimicrobial agents and chemotherapy, 60(5), 3253-3256.
https://doi.org/10.1128/aac.03016-15Rondón, L., Piuri, M., Jacobs Jr, W. R., de Waard, J., Hatfull, G. F., & Takiff, H. E. (2011). Evaluation of fluoromycobacteriophages for detecting drug resistance in Mycobacterium tuberculosis. Journal of clinical microbiology, 49(5), 1838-1842.
https://doi.org/10.1128/jcm.02476-10Piuri, M., Jacobs Jr, W. R., & Hatfull, G. F. (2009). Fluoromycobacteriophages for rapid, specific, and sensitive antibiotic susceptibility testing of Mycobacterium tuberculosis. PloS one, 4(3), e4870.
https://doi.org/10.1371/journal.pone.0004870
Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo de Bruno Geller
