El truco de supervivencia del cerebro en maratones

Un estudio revela que, ante el agotamiento de la glucosa, el cerebro quema su propia grasa para mantener la función neuronal durante la carrera de larga distancia

Correr un maratón representa un desafío extremo para el organismo: las reservas de glucosa se agotan y el músculo y el cerebro han de ingeniárselas para seguir funcionando. Un trabajo reciente demuestra que el sistema nervioso recurre a la mielina—el recubrimiento graso de los axones—como fuente de energía temporal, un hallazgo que arroja nueva luz sobre la extraordinaria plasticidad metabólica del cerebro adulto.

Métodos y hallazgos principales

Carlos Matute y su equipo de la Universidad del País Vasco escanearon mediante resonancia magnética los cerebros de 10 corredores aficionados antes de un maratón, en las 48 horas siguientes y de nuevo entre dos semanas y dos meses tras la prueba. Observaron:

  • Una reducción significativa de la mielina (hasta un 12 % en 12 de 100 regiones evaluadas) en áreas vinculadas con la coordinación motora, la integración sensorial y la regulación emocional.
  • Recuperación completa de esos niveles a los dos meses.

Los investigadores descartaron la deshidratación como causa y atribuyeron la pérdida de mielina al uso de sus lípidos como combustible neuronal cuando la glucosa remitía.

Implicaciones metabólicas y edad

Los participantes, con edades entre 45 y 73 años, demostraron que incluso cerebros maduros pueden movilizar lípidos de mielina para sostener la actividad neuronal bajo estrés energético extremo. Matute subraya que este proceso no supone un «autoconsumo dañino» del cerebro, sino una adaptación transitoria que se revierte con el reposo y la alimentación posterior.

Neuroplasticidad y beneficios del ejercicio aeróbico

Más allá del metabolismo de la mielina, la carrera de resistencia:

  • Estimula la liberación de neurotransmisores (dopamina, serotonina, endocannabinoides) que mejoran el ánimo y reducen la ansiedad.
  • Fomenta la neurogénesis en el hipocampo, con potencial protectivo frente al deterioro cognitivo.
  • Modifica transitoriamente la actividad eléctrica cortical (evidenciado por cambios en el EEG), reflejo de una reorganización de circuitos—es decir, neuroplasticidad inducida por el ejercicio.

Riesgos del sobreentrenamiento

Sin embargo, el exceso sin recuperación adecuada desencadena el síndrome de sobreentrenamiento, asociado a:

  • Deterioro del estado de ánimo y de la función cognitiva (peor tiempo de reacción).
  • Mayor riesgo de lesiones y prolongados periodos de convalecencia.

Luana Main (Universidad Deakin) recomienda monitorizar el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo (p. ej. con diarios y tests simples en línea) como indicadores tempranos de fatiga excesiva.

Conclusiones y recomendaciones

  1. Adaptación metabólica inédita. El uso de mielina como combustible revela un mecanismo adicional de supervivencia neuronal en situaciones de estrés energético.
  2. Ejercicio y salud cerebral. Correr maratones promueve cambios beneficiosos—neurotransmisores, neurogénesis y plasticidad—siempre que se incluya descanso adecuado.
  3. Prevención del sobreentrenamiento. Incorporar estrategias de recuperación y monitorizar aspectos subjetivos (ánimo, fatiga) es crucial para evitar efectos adversos.

«Cuando no llega glucosa del torrente sanguíneo, el cerebro tiene que utilizar lo que tenga a mano. Para una neurona, esto significa mielina», explica Carlos Matute.

Este estudio abre nuevas vías para comprender la resiliencia metabólica del cerebro y reforzar las pautas de entrenamiento neurosaludable en atletas de resistencia.

Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo de Teal Burrell en National Geographic

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