Sarampión en la región, una alarma que se dispara

El incremento de casos, que han septuplicado los de 2024, pone en riesgo la salud pública en las Américas y exige acciones urgentes

Impulsado por la baja en las tasas de vacunación iniciada durante la pandemia de covid-19, el brote de sarampión en la región presenta desafíos que amenazan la condición de libre de la enfermedad, lo que podría implicar graves consecuencias en la seguridad alimentaria y el bienestar general.

Un resurgir preocupante en la era post-pandémica

Durante 2024 la región de las Américas se había reiterado en el estatus de libre de sarampión, sin embargo, recientes datos revelados en el informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indican que el riesgo para la salud pública se considera «alto» debido a tres factores «la persistencia de la circulación del virus a partir de casos importados, a falta de mantenimiento de un nivel óptimo de coberturas de vacunación (>95%) en la mayoría de los países y territorios de la región… y al aumento de la población susceptible debido a la persistencia de bajas coberturas de vacunación», explicó la OPS.

Hasta el 27 de marzo de éste año se notificaron 1.072 casos, distribuidos entre Argentina, Brasil, Estados Unidos, Canadá y México (estos dos últimos, especialmente en zonas fronterizas con EE.UU.). Álvaro Whittembury, asesor de Inmunizaciones de la OPS, admitió al medio SciDev.Net: «Es un número que es bastante más alto que el año pasado. En todo 2024 tuvimos solo 465 casos. Ahora ya llevamos más del doble. Y para el mismo período, en marzo de 2024 teníamos sólo 105 casos, así que la cantidad es más de siete veces superior. Esto nos habla del incremento en la transmisión».

Factores detrás del resurgir del sarampión

Entre las principales causas se encuentran las secuelas de la pandemia de covid-19, que provocó una disminución en la administración de las vacunas, además de un aumento en la reticencia a la vacunación en ciertos sectores y la limitación en el acceso a servicios de salud para las poblaciones más vulnerables. Estas condiciones han abierto la puerta para que el virus, que se transmite por vía aérea y puede ser mortal en hasta un 10 % de los casos, encuentre terreno fértil en comunidades con coberturas vacunales inferiores al umbral del 95%.

La OPS ha señalado la importancia de realizar monitoreos genéticos para confirmar que los virus circulantes pertenecen al mismo genotipo y linaje que permitieron a la región considerarse libre de sarampión. Aunque desde 2022 no se registran casos endémicos tras los brotes en Brasil y Venezuela, siempre existe el riesgo de que viajeros de zonas endémicas reintroduzcan el virus en comunidades desprotegidas.

Barreras reales y desafíos en el terreno

Elizabeth Bogdanowicz, infectóloga y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Pediatría, destacó que, más allá del discurso antivacunas, la principal dificultad para evitar brotes es alcanzar a las poblaciones más recónditas.
«En nuestros países existen problemas para llegar a lo más recóndito, a zonas carenciadas, que no llegan a centros de salud, que tienen que recorrer distancias muy largas, a veces incluso en burro o caballo. Siempre es mejor establecer que sean los grupos de vacunadores quienes lleguen, que lleguen a las escuelas, que los mensajes jerarquicen la importancia de la vacunación», explicó a SciDev.Net.

Whittembury, por su parte, resaltó el rol de la desinformación durante la pandemia, especialmente en comunidades de México y EE.UU. «La desinformación sobre vacunas circuló mucho durante la pandemia a partir de las discusiones por el tipo de vacuna que se ofrecía contra la covid, y por supuesto eso generó dudas y preocupaciones que hizo que las personas estuvieran expuestas a información de mala calidad».

Las cifras de vacunación en la región son preocupantes: las últimas estimaciones de la OMS indican que Argentina alcanza solo el 80 % de cobertura, México el 76 % y EE.UU el 90 % (estas cifras corresponden solo a la primera dosis), mientras que la segunda dosis es crucial para lograr la inmunidad colectiva. En Argentina, se planea administrar la segunda dosis a los 5 años, pero se está intentando anticipar este esquema.

Estrategias para frenar la propagación

Para reducir la transmisión, Elizabeth Bogdanowicz sugiere medidas concretas:

  • Vacunar a los contactos directos de las personas infectadas.
  • Aislar a los pacientes y verificar su estado de vacunación.
  • En grupos vulnerables, como niños menores de seis meses y embarazadas (que no pueden vacunarse), se recomienda la administración de gammaglobulina y una vigilancia de treinta días.

Además, la coordinación regional es fundamental. La OPS suministra un alto porcentaje de vacunas a través de un fondo rotatorio que negocia con los laboratorios, y, según Whittembury, aún no se presentan inconvenientes de provisión este año.

Un llamado a la acción

El resurgir del sarampión en las Américas es una clara advertencia de que, a pesar de haber eliminado la transmisión endémica en 2016 y confirmarla en 2024, la amenaza sigue latente. Los datos indican que el riesgo es creciente y que la vulnerabilidad se extiende a diversos países, desde Canadá hasta Argentina. Frente a esta situación, es imprescindible que los gobiernos y las instituciones de salud redoblen esfuerzos para incrementar las coberturas de vacunación, especialmente en las comunidades más desfavorecidas.

La tarea es compleja y requiere una acción coordinada, informada y persistente. Como concluyó Whittembury, «la posibilidad de brotes por casos importados sigue siendo un riesgo en comunidades con baja cobertura». Es, por tanto, un llamado urgente a la movilización de recursos, la mejora de la infraestructura de salud y la implementación de estrategias que aseguren que cada ciudadano tenga acceso a la protección que brinda una vacunación completa.

Por Daniel Ventuñuk
En base al artículo de Martín De Ambrosio producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net

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