Más promesas que resultados en los planes para reducir CO₂

El dióxido de carbono (CO₂), uno de los tres principales gases de efecto invernadero junto con el metano y el óxido nitroso, continúa acumulándose en la atmósfera, condenando al planeta a temperaturas cada vez más elevadas, mientras que los planes para reducir estas emisiones apenas tendrán efecto en 2030.

Dos nuevos informes publicados este lunes muestran tendencias muy preocupantes para el planeta y los seres vivos, debido a la acción del ser humano, que no deja de enviar a la atmósfera gases que provocarán el calentamiento global durante décadas, llevando a disrupciones en nuestras formas de vida, algunas de las cuales ya estamos experimentando.

Por un lado, los nuevos datos de la ONU indican que los gases de efecto invernadero han alcanzado una cifra récord una vez más, sumándose a los niveles récord registrados año tras año. Por otro lado, el análisis de los planes actuales para reducir las emisiones de tales gases en 2030 señala que sólo se logrará una reducción del 2,6% respecto de los niveles de 2019, lejos del 43% necesario para frenar el aumento de la temperatura global.

Estos resultados demuestran, una vez más, que se necesitan acciones urgentes y no meras palabras por parte de los principales emisores para protegernos del cambio climático, ha advertido la Organización Meteorológica Mundial (OMM), autora del informe.

Este llamado de atención se produce en un momento en que los líderes mundiales se preparan para reunirse el próximo mes en Bakú en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en medio de reiteradas advertencias del Secretario General de las Naciones Unidas y otras agencias de la ONU sobre el costo humano de ignorar esta crisis existencial.

© PNUMA/Todd Brown
Montañas cerca de Skardu, Gilgit Baltistán, Pakistán.

Haciéndose eco de los reiterados llamados de António Guterres, la secretaria general adjunta de la OMM, Ko Barrett, declaró a los periodistas que el dióxido de carbono (CO₂), uno de los tres principales gases de efecto invernadero junto con el metano y el óxido nitroso, se acumula actualmente en la atmósfera «más rápidamente que en ningún otro momento de la existencia humana». Debido a la vida extremadamente prolongada del CO₂ en la atmósfera, «estamos abocados a un aumento de las temperaturas durante muchos, muchos años», agregó.

El Boletín de Gases de Efecto Invernadero de 2024 de la OMM ofrece un recordatorio científico contundente sobre la necesidad de frenar el aumento de los niveles de CO₂.

Espectacular aumento en solo 20 años

En 2004, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera era de 377,1 partes por millón (ppm), mientras que en 2023 alcanzó las 420 ppm, según la Red de Vigilancia de la Atmósfera Global de la OMM. «Esto supone un aumento de 42,9 partes por millón, es decir, un 11,4% en solo 20 años», explicó Barrett.

«Esto es más que estadísticas», insistió la jefa adjunta de la OMM. «Cada parte por millón importa, cada fracción de grado de aumento de la temperatura importa; importa en términos de retroceso de glaciares y hielos, aumento del nivel del mar, calentamiento y acidificación de los océanos. También importa en el número de personas que estarán expuestas al calor extremo cada año, la extinción de especies y el impacto en nuestros ecosistemas y economías».

Entre los principales factores productores de gases de efecto invernadero se encuentran los incendios forestales y el fenómeno meteorológico de El Niño, que generó condiciones más secas y un «repunte» en las concentraciones de gases a finales de 2023, según la OMM. Su análisis muestra que algo menos de la mitad de las emisiones de CO₂ permanecen en la atmósfera, algo más de una cuarta parte son absorbidas por el océano y casi el 30% quedan retenidas en la tierra.

El papel clave de los incendios forestales

La responsable científica de la OMM, Oksana Tarasova, describió los incendios forestales del año pasado en Canadá como «absolutamente dramáticos» en cuanto a la cantidad de gases de efecto invernadero producidos.

Departamento de bomberos de San Francisco
Los bomberos de California y otras partes de la costa oeste de Estados Unidos luchan por contener los incendios forestales. (Archivo)

Los niveles actuales de CO₂ no se han visto «en la historia de la humanidad», afirmó. «La última vez que vimos 400 partes por millón de CO₂ fue hace entre tres y cinco millones de años, y durante ese tiempo la temperatura era entre tres y cuatro grados más cálida, mientras que el nivel del mar estaba entre 10 y 20 metros más alto».

El informe de la OMM indica que entre 1990 y 2023, el forzamiento radiativo, es decir, el efecto de calentamiento del clima causado por los gases de efecto invernadero, aumentó un 51,5%. El CO₂ representó más del 80% de este aumento, según datos del Índice Anual de Gases de Efecto Invernadero de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

Relación tóxica

«Mientras continúen las emisiones, los gases de efecto invernadero seguirán acumulándose en la atmósfera, provocando un aumento de la temperatura global», declaró la agencia de la ONU. «Dada la vida extremadamente larga del CO₂ en la atmósfera, el nivel de temperatura ya observado persistirá durante varias décadas incluso si las emisiones se reducen rápidamente a cero neto».

Consultada sobre si se espera que la próxima Conferencia de la ONU sobre el cambio climático logre compromisos tangibles, la secretaria general adjunta de la OMM señaló que los líderes políticos a nivel mundial suelen mencionar en público las últimas conclusiones científicas sobre el clima.

«Así que creo que están escuchando. La cuestión es hasta qué punto veremos esto reflejado en la COP29», dijo.

Barrett subrayó la importancia de las medidas nacionales para la transición a una «economía menos dependiente de combustibles fósiles» para salvaguardar a las generaciones futuras.

«Aunque haya un desfase y las temperaturas aumenten, no debemos dejar de actuar», afirmó. «Porque habrá una transformación y una tendencia descendente de la temperatura en el futuro. Todo depende de lo rápido que actuemos para reducirlas».

Planes muy miopes

Otro informe publicado este lunes señala que las medidas propuestas por los países para mitigar los efectos del cambio climático «están muy por debajo de lo necesario».

El Informe de Síntesis de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) para 2024 de la Secretaría de la ONU para el Cambio Climático (CMNUCC) reveló que los planes actuales darían lugar a emisiones de 51,5 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO₂) equivalente para 2030, sólo un 2,6% por debajo de los niveles de 2019.

Simon Stiell, secretario ejecutivo de la CMNUCC, instó a los gobiernos a convertir las promesas hechas el año pasado en «resultados económicos reales».

En la COP28, realizada en los Emiratos Árabes Unidos, las delegaciones se comprometieron a triplicar las energías renovables, alcanzar el objetivo mundial de adaptación y reducir el uso de combustibles fósiles.

«La COP29 debe ser una cumbre propicia que ofrezca resultados concretos y ambiciosos sobre la financiación climática, teniendo en cuenta las necesidades de los países en desarrollo y reconociendo que este apoyo es crucial para proteger la economía mundial de los efectos devastadores del cambio climático», afirmó Stiell.

© Unsplash/Ehud Neuhaus
En todo el mundo se siguen liberando gases nocivos a la atmósfera.

Conclusiones duras pero no sorprendentes

Advirtió que las conclusiones del informe son «duras pero no sorprendentes».

«Los planes climáticos nacionales actuales están muy lejos de lo necesario para evitar que el calentamiento global arruine economías y vidas en todos los países», agregó.

El informe también muestra que la trayectoria actual está lejos de cumplir con las necesidades científicas.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señala que las emisiones deben reducirse en un 43% respecto de los niveles de 2019.

Stiell subrayó que los niveles actuales de contaminación «garantizarían un naufragio humano y económico para todos los países».

De cara a los compromisos actualizados del próximo año, Stiell propuso una «prueba ABC» para los nuevos planes:

«Deben tener objetivos ambiciosos de reducción de emisiones que abarquen toda la economía (…) deben desglosarse por sectores y gases (…) y deben ser creíbles, respaldados por normativas, leyes y financiación sustanciales».

El informe de 2024 «debe marcar un punto de inflexión, que ponga fin a la era de la insuficiencia y desencadene una nueva era de aceleración, con planes nacionales climáticos mucho más ambiciosos de todos los países para el año que viene», concluyó.

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