Como se evidenció en las recientes inundaciones en España, el diseño de las ciudades será clave en la estrategia de adaptación al cambio climático. Sin embargo, las urbes reciben menos del 20% de la financiación necesaria para una acción climática efectiva. Las ciudades necesitan entre 4,5 y 5,4 billones de dólares anuales para construir y mantener sistemas e infraestructuras resilientes, mientras que la financiación actual apenas alcanza unos 8.310 millones al año.
Las soluciones para la mitigación y adaptación al cambio climático en las ciudades deben partir del entorno cercano, donde las personas viven, trabajan y construyen su vida diaria, señala el informe más reciente del Programa de la ONU para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), presentado este martes en el Foro Urbano Mundial en El Cairo, Egipto.
El cambio climático y la urbanización acelerada son el eje del estudio, que advierte sobre las presiones generadas por un crecimiento urbano mal gestionado, el cual ha reducido los espacios verdes en ciudades y otros centros urbanos.
ONU-Hábitat advierte que más de 2.000 millones de personas que actualmente viven en ciudades podrían verse expuestas a un aumento adicional de temperatura de al menos 0,5 grados Celsius para 2040 y enfatiza que la acción climática en las metrópolis sigue sin estar a la altura de la magnitud e intensidad de los desafíos que enfrentan.
«Prácticamente ningún residente urbano dejará de verse afectado, con miles de millones de personas sometidas a temperaturas más elevadas o expuestas al riesgo de inundaciones y otras amenazas», afirmó Anacláudia Rossbach, directora ejecutiva de ONU-Hábitat.
El texto detalla que los habitantes de las ciudades cuentan con un promedio de 30,6 metros cuadrados de espacios verdes, menos de la mitad del que se disponía hace 30 años.
Rossbach subrayó en la presentación del informe la importancia «estratégica» de este documento, «ya que ahora mismo estamos en un mundo cada vez más urbanizado» en el que es posible ver «cómo los eventos relacionados con el cambio climático afectan a las ciudades», como las olas de calor e inundaciones recientemente observadas en Valencia (España).
Falta de financiamiento
A pesar de su relevancia, las ciudades reciben menos del 20% de los recursos necesarios para una acción climática efectiva.
En este sentido, el estudio destaca la falta de financiamiento para infraestructura urbana resiliente, precisando que de los hasta 5,4 billones de dólares requeridos anualmente para construir y mantener sistemas resilientes al clima en las ciudades, el financiamiento actual asciende a apenas 831.000 millones de dólares, de los cuales solo el 1% se destina a la acción climática de adaptación urbana.
Este déficit deja a las ciudades y sus poblaciones vulnerables y expuestas a riesgos cada vez mayores.
El informe subraya que las intervenciones climáticas no han logrado proteger a las comunidades más vulnerables y que, en algunos casos, incluso han empeorado su situación. Cita ejemplos de «gentrificación verde», donde medidas beneficiosas, como la creación de parques, resultan en el desplazamiento de hogares pobres o aumentan los valores inmobiliarios, dificultando el acceso para personas de ingresos bajos o medios.
Las ciudades como parte de la solución
ONU-Hábitat sostiene que, pese a los obstáculos que enfrentan las ciudades ante la emergencia climática, estas áreas urbanas no solo son parte del problema (con el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero), sino también de la solución, aunque aún no hayan alcanzado su máximo potencial.
Las zonas urbanas albergan al 55% de la población mundial, y se estima que esta cifra subirá al 68% para 2050. Desde estas concentraciones urbanas están surgiendo respuestas cada vez más innovadoras y progresistas al cambio climático.
El estudio señala que un número creciente de ciudades y comunidades está adoptando medidas, a menudo con escaso o nulo apoyo nacional e internacional, para fortalecer su resiliencia y reducir sus emisiones.

Los bosques urbanos ayudan a mejorar la calidad del aire y a disminuir las emisiones de carbono.
Iniciativas desde la base
Estas iniciativas suelen nacer desde la base, es decir, desde las comunidades, incluidos los asentamientos informales, y luego se escalan hasta llegar a la administración pública. Algunos resultados son alentadores: en muchos países desarrollados, las emisiones urbanas per cápita ya son inferiores a los promedios nacionales.
«Contrariamente a la percepción de que las ciudades son contaminantes, los países no están condenados a enfrentar crecientes emisiones al urbanizarse: se pueden lograr caminos hacia emisiones netas cero o bajas en carbono mediante opciones de planificación adecuadas que respondan al clima», señala el informe.
La directora ejecutiva de ONU-Hábitat resaltó la importancia de integrar las realidades urbanas en los debates sobre el clima. «Mientras nos preparamos para la COP29, nos comprometemos a aprovechar el conocimiento para informar estrategias que resuenen con los esfuerzos tanto locales como globales», expresó Anacláudia Rossbach.
El progreso real empieza a nivel local
El Secretario General de la ONU coincidió en que el progreso real empieza a nivel local: “En el terreno, en las comunidades y en la vida de las personas”.
En un mensaje de video al Foro, António Guterres sostuvo que las autoridades locales y regionales son una pieza clave en la respuesta a múltiples problemáticas en todos los niveles, incluso en las Naciones Unidas.
«Las acciones locales son los cimientos para construir futuras ciudades verdes, justas y resilientes», afirmó.
Guterres agregó que las ciudades son «poderosos motores de desarrollo social y económico y catalizadores de soluciones sostenibles», e invitó a los delegados a «buscar innovaciones e inspiración y llevarlas de vuelta a sus comunidades».

Participantes en la ceremonia de apertura del Foro Urbano Mundial en El Cairo.
Acción climática participativa
El informe aboga por un enfoque urbano que avance hacia compromisos nacionales ambiciosos y destaca la importancia de alinear la acción climática con objetivos de desarrollo más amplios, como la mejora de servicios, la modernización de asentamientos, la reducción de la pobreza y la salud pública.
Asimismo, propone integrar las cuestiones climáticas en todos los sectores para que las ciudades puedan realizar inversiones duraderas en pos del desarrollo sostenible.
También apoya una acción climática participativa y liderada por la comunidad, promoviendo soluciones locales que atiendan las necesidades específicas de los residentes, especialmente en asentamientos informales y barrios de bajos ingresos, donde a menudo las comunidades han sido excluidas de los procesos de decisión.
Auspiciado por ONU-Hábitat y Egipto, el 12º Foro Urbano Mundial, que se desarrollará hasta el 8 de noviembre en El Cairo, cuenta con unos 6.500 participantes de todo el mundo, incluidos funcionarios gubernamentales, urbanistas, líderes comunitarios, representantes empresariales y organizaciones de la sociedad civil.
