El cambio climático se está intensificando en América Latina y el Caribe, y sus efectos se hacen cada vez más evidentes. El incremento acelerado de las temperaturas, el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos están dejando una huella alarmante en la región. Ante esta realidad, es crucial actuar rápidamente para adaptarnos y fomentar el uso de energías limpias y sostenibles.
Según un reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los fenómenos meteorológicos extremos se están agravando en América Latina y el Caribe debido al calentamiento global y el aumento del nivel del mar a largo plazo. Durante las últimas tres décadas, las temperaturas en la región han experimentado un aumento promedio de 0,2 ºC por década, la tasa más alta registrada hasta ahora.
Uno de los efectos más preocupantes del cambio climático es la sequía prolongada, que ha provocado una disminución en la producción de energía hidroeléctrica en extensas áreas de América del Sur. Esta situación ha llevado a un incremento en la demanda de combustibles fósiles en una región que posee un inmenso potencial en energías renovables aún sin explotar.
El intenso calor combinado con la aridez del suelo ha generado extensos periodos de incendios forestales durante el verano de 2022, alcanzando niveles récord de emisiones de dióxido de carbono y temperaturas aún más elevadas. Argentina y Paraguay han sufrido un aumento significativo en la cantidad de áreas críticas afectadas por incendios forestales, superando en más del 250% el promedio histórico entre 2001 y 2021.
Además, el deshielo de los glaciares en los Andes centrales se ha intensificado. Durante el verano de 2022, se observó una pérdida casi total del manto de nieve en estos majestuosos glaciares, lo cual ha acelerado aún más el proceso de deshielo debido a la mayor absorción de radiación solar por parte de las capas más oscuras y sucias.
El Secretario General de la OMM, Prof. Petteri Taalas, advierte que muchos de estos fenómenos extremos están influenciados tanto por el episodio prolongado de La Niña como por el cambio climático provocado por la actividad humana. Además, anticipa que el nuevo episodio de El Niño incrementará las temperaturas y traerá consigo más fenómenos meteorológicos extremos. En este contexto, la iniciativa «Alertas Tempranas para Todos» será fundamental para proteger vidas y medios de subsistencia en nuestra región.
Para hacer frente a esta crisis climática, es esencial acelerar la transición hacia fuentes de energía renovable en América Latina y el Caribe. Si bien la región ya cuenta con una proporción significativa de energías renovables en su consumo total de energía final, principalmente gracias a la energía hidroeléctrica, aún queda un gran potencial por aprovechar en recursos solares y eólicos.
El informe destaca la necesidad de impulsar la utilización de estas fuentes de energía limpia, ya que se prevé que la demanda de electricidad aumente un 48% entre 2020 y 2030. Es momento de aprovechar al máximo la riqueza natural de nuestra región y desarrollar proyectos que impulsen la generación de energía solar y eólica, contribuyendo así a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los impactos del cambio climático.
Además de la transición hacia energías renovables, es fundamental fortalecer los sistemas de alerta temprana y concienciar a la población sobre los riesgos y peligros asociados al cambio climático. Aunque se han reportado 78 eventos meteorológicos, hidrológicos y climáticos en 2022, que representaron el 98% de las 1.153 víctimas mortales documentadas y causaron daños económicos valuados en 9.000 millones de dólares, se estima que las cifras reales son aún mayores debido a la falta de datos y subnotificación en algunos países.
Es hora de actuar juntos y asumir la responsabilidad de proteger nuestra región frente al cambio climático. Desde la adopción de medidas de adaptación y mitigación, hasta la promoción de energías renovables y la concienciación de la sociedad, cada paso cuenta en la construcción de un futuro más sostenible y resiliente para América Latina y el Caribe. El tiempo apremia, y es nuestra responsabilidad tomar acción ahora para preservar el planeta que compartimos.
